derechos humanos
"Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna."
"Hablar sobre la realidad de Colombia, fuera de Colombia, exige enfrentar el problema de la imagen que de ése mi país han ido configurando las agencias internacionales de "información".
Según esa imagen, Colombia es un país violento pero democrático, y los agente principales de esa violencia son las mafias de la droga y unos anacrónicos reductos guerrilleros que no conservan ya ningún objetivo político sino que optaron por el terrorismo y que encontraron en el secuestro y en el comercio de la droga, métodos de enriquecimiento que ahogaron sus ideales políticos.
Esta imagen sintetiza, además, el discurso oficial del gobierno colombiano, difundido a través de sus agentes diplomáticos; discurso que ha tenido, al parecer, una amplia acogida en la opinión pública internacional, quizás porque reconoce el innegable peso que tiene Colombia en el tráfico internacional de estupefacientes.
Las cifras de muertes violentas en Colombia son de las más altas del mundo y muy alto es también el volumen de droga cuyo procesamiento y comercialización tiene relación con Colombia. Relacionar estos dos fenómenos en una causalidad simple, ha sido tentación seductora para muchos periodistas internacionales, pues los dispensa de penetrar en el análisis de una realidad compleja, que no es posible encasillar en esquemas más o menos estandarizados.
En Colombia existen ciertamente poderosos carteles de narcotraficantes, pero, sin embargo, el mayor porcentaje de las muertes violentas que allí ocurren no tienen ninguna relación con el narcotráfico.
En Colombia no ha habido en los últimos 35 años ninguna dictadura militar, pero, sin embargo, en un solo año de la última década -cualquiera que se escoja- hubo más asesinatos de opositores políticos o de miembros de organizaciones populares que en los 17 años juntos de la dictadura militar en Chile.
Por eso quiero afirmar enfáticamente que la imagen de Colombia que han ido configurando los medios internacionales de "información", que coincide con la difundida por el gobierno colombiano, es una imagen falsa, que encubre los principales factores de violencia."
Según esa imagen, Colombia es un país violento pero democrático, y los agente principales de esa violencia son las mafias de la droga y unos anacrónicos reductos guerrilleros que no conservan ya ningún objetivo político sino que optaron por el terrorismo y que encontraron en el secuestro y en el comercio de la droga, métodos de enriquecimiento que ahogaron sus ideales políticos.
Esta imagen sintetiza, además, el discurso oficial del gobierno colombiano, difundido a través de sus agentes diplomáticos; discurso que ha tenido, al parecer, una amplia acogida en la opinión pública internacional, quizás porque reconoce el innegable peso que tiene Colombia en el tráfico internacional de estupefacientes.
Las cifras de muertes violentas en Colombia son de las más altas del mundo y muy alto es también el volumen de droga cuyo procesamiento y comercialización tiene relación con Colombia. Relacionar estos dos fenómenos en una causalidad simple, ha sido tentación seductora para muchos periodistas internacionales, pues los dispensa de penetrar en el análisis de una realidad compleja, que no es posible encasillar en esquemas más o menos estandarizados.
En Colombia existen ciertamente poderosos carteles de narcotraficantes, pero, sin embargo, el mayor porcentaje de las muertes violentas que allí ocurren no tienen ninguna relación con el narcotráfico.
En Colombia no ha habido en los últimos 35 años ninguna dictadura militar, pero, sin embargo, en un solo año de la última década -cualquiera que se escoja- hubo más asesinatos de opositores políticos o de miembros de organizaciones populares que en los 17 años juntos de la dictadura militar en Chile.
Por eso quiero afirmar enfáticamente que la imagen de Colombia que han ido configurando los medios internacionales de "información", que coincide con la difundida por el gobierno colombiano, es una imagen falsa, que encubre los principales factores de violencia."
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